Llevo un rato navegando por post que me traen tantos recuerdos, unos buenos otros malos, ... y me he dado cuenta de que no me despedí de Hortz como se lo merecía y que no le di las gracias a Patri por haberlo cuidado tan tan bien.
A mi nunca se me olvidará el vuelco que me dió el corazón cuando lo vi por primera vez y que casi me desmayo al ver como le cortaban el diente. No se me olvidará que casi casi se quedó en casa, ni la alegría que me llevé cuando me enteré que se iba con Patri.
Que precioso que era