por Sabrah » Vie 04 Sep, 2009 02:55
Me cuesta bastante escribir esto, y no sé ni por dónde empezar...
Esta mañana cuando fui a las jaulas ... estaba como siempre, excitada por recibir sus chuches de todas las mañanas.
Salí de casa, y al regresar y ponerles la comida, estaba en un rincón. No se comportó como siempre, haciendo temblar todas las jaulas corriendo nerviosa por poder tirarse sobre la comida ... en vez de eso, al ponerle el plato, quería irse y se cayó, no pudo mantenerse en pie.
Pensé que sería como lo que ya me ha pasado con otros conejos, ya que hasta ese entonces estaba genial. La acosté sobre mis piernas, acariciándola y masajeándole el vientre, bebió un poco de infusión, la tuve fuera.
Me fui inquietando, porque no era igual a las otras veces (con los otros conejos), iba en otra dirección ... Así que, llamé a urgencias y la llevé.
La veterinaria le puso suero, y toda la medicación que necesitaba (antibióticos, anti inflamatorio, protector gástrico ...) He estado todo el tiempo ahí con ella, acariciándola, hasta darle al final una papilla con jeringa. Parecía animarse ...
Cuando tocó llevarla a su jaula donde pasaría la noche ... empezó a moverse en mis brazos, cuando en realidad no tenía fuerzas para hacerlo voluntariamente. Cuando la dejé en la jaula, empezó a tener convulsiones.
La veterinaria se la llevó para intentar reanimarla, pero se nos fue.
Malaika ha fallecido. Lo siento mucho por los que la tuvieron, especialmente por Piper...
Ahora está en un mejor sitio.
Recuerdo cuando la vi por primera vez aquí en las fotos, pensé: Sus ojos parecen los de un ángel, ojos de cristal. Me enamoré de ella, y me hizo mucha ilusión adoptarla, e ir a por ella personalmente. He pasado buenos ratos con ella, y os doy las gracias, a todos los que se preocuparon por estos conejos del solar, a los que fueron para sacarlos, y a aquellos que los acogieron, porque por eso pude disfrutar de ella.
El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es una antigua ley eterna. Verdaderamente felices vivimos sin odio entre los que odian. Entre seres que odian, vivamos sin odio.