por Sandra » Mié 14 Dic, 2016 18:07
Hola, os escribo para comunicaros que Camilo se nos fue esta mañana. Me cuesta escribirlo.
Le operaron de los molares, porque los tenía clavados y eso le provocó úlceras en la boquita. Me di cuenta la semana pasada al acariciarlo, y al vete que nos fuimos. Había que operar, era la conclusión del veterinario, porque le hacía daño y comía bastante menos. Estaba el riesgo de que era mayorcete y que tenía problemas renales. Pero tanto mi marido como yo optamos por lo que siempre hemos optado durante estos cuatro años: darle calidad de vida y no esperar a que falleciera a causa de desnutrición ni de dolor. Es decir, arreglarle lo que tenía y a vivir feliz, como siempre.
Pues no ha superado la anestesia. Ese pequeño riesgo que había se ha confirmado. Se nos ha ido, y yo no sé a dónde mirar que no lo vea. Aún puedo sentir bajo mi mano el calorcito de su cabeza y de sus orejotas. Pero él no está.
Camilo lo ha tenido todo.
Si le notábamos algo raro, en el momento pedíamos hora para el vete.
Si pedía caricias, dejábamos lo que tuviéramos entre manos y con él que nos íbamos.
Ha sido colmado de besos.
Una parte de sofá era suya; nuestro corazón lo poseía entero.
Ha tenido protección, respeto, dignidad y amor.
En este mundo de locos, llegar a casa y verle era, cuanto menos, un bálsamo.
Nos enseñó a quererle, pero no nos dijo cómo superar su ausencia.
Tan chiquitito y tan grande a la vez.
Ha sido el ser más puro y sincero que ha entrado en nuestras vidas.
Y yo no puedo dejar de llorar mientras escribo.
Sirva este texto como homenaje a Camilo, por hacernos rabiar si pillaba por banda un cable o un zapato, reír hasta llorar, sufrir, darnos compañía... por hacernos vivir, en definitiva.
Este invierno va a ser muy frío sin ti, cariño.
Gracias por todo de parte de papi y mami.