Hola de nuevo!
Traigo novedades sobre Damara. La más importante es que he sido mamá de una gazapilla humana en Abril, y los pobres Paul y Damara llevan tres meses un poco abandonados de cariño y atención, porque la peque nos requiere casi todo nuestro tiempo. La verdad es que lo están llevando bastante bien, un poco estresados por el cambio, pero la vete nos ha dicho que es normal en estas situaciones, que los cones también notan el cambio en la dinámica familiar.
Ahora tienen media habitación para ellos solos, que hemos delimitado con un parque, con su conejera de dos pisos y todos sus juguetes. Damara da rienda suelta a su instinto destructor con todo lo que le ponemos al alcance de su boca: casitas de heno, palos y puentes de madera, cajas de cartón... Pero por lo menos así los muebles los deja en paz
Me da un poco de penita porque durante el embarazo estuve en casa y pasaba mucho tiempo con ellos, y mi relación con Damara mejoró muchísimo, me dejaba acariciarla, y cuando me sentaba en el suelo de su habitación se acerca a darme toquecillos con el hocico. Un par de veces hasta me dio besitos y todo!!
Pero claro, ahora que no puedo dedicarles tiempo, hemos vuelto un poco para atrás... Espero que cuando pueda volver a estar más con ellos, ella pueda volver a coger confianza.
Por lo demás está estupenda, sin ningún achaque (el que le pasa de todo es Paul, que es un pupas), sigue igual de locuela y tan guapetona como siempre, y es inseparable de Paul, se quieren con locura.
En un rato intento encender el ordenador y subir alguna foto, que desde el móvil no sé hacerlo.